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El gran incendio de Londres de 1666, que destruyó gran parte de la ciudad, ofreció una oportunidad única para rediseñar su estructura urbana y arquitectónica. En este contexto, Cristóbal Wren se convirtió en una figura clave. Ingeniero, matemático y arquitecto, Wren lideró la transformación de Londres, dejando un legado que aún define la identidad de la ciudad.
Entre sus obras más destacadas se encuentra la Catedral de San Pablo, un edificio monumental que reemplazó a su predecesor gótico destruido por el incendio. Inspirado en la Basílica de San Pedro en Roma, Wren diseñó una estructura que combina la majestuosidad clásica con detalles característicos del barroco. Su cúpula, una de las más grandes del mundo, es un ícono de la ciudad y un testimonio del genio creativo de Wren.
Además de San Pablo, Wren fue responsable de la reconstrucción de más de 50 iglesias y numerosos edificios públicos, como el Royal Exchange y la Casa de la Moneda. Su trabajo no solo revitalizó Londres, sino que también estableció un estándar de calidad arquitectónica que influenció a generaciones futuras.